CARLOS JAVIER AGUIRRE VALDERRAMA |
Carlos Javier Aguirre Valderrama.
Médico veterinario zootecnista. Miembro del taller Diezmo de palabras.
Ha sido publicado en distintos medios y en El Sol del Bajío, también en
Cuentos del sótano, de Editorial Endora; en El Oro de los trigos,
Crónica de la nueva literatura celayense; en Umbral, Muestra de
escritores celayenses y en La Risa, remedio casero infalible, de
Editorial Los Otros Libros y el Instituto de Arte y Cultura de
Celaya.
La leyenda es, según algunos: “Un suceso en la comunidad fuera de lo ordinario que afecta a la población, sin una explicación lógica de los hechos. De origen espontáneo y popular, su naturaleza oral genera que haya cambios conforme el paso del tiempo”. Los años dan forma a una serie de leyendas que son conocidas con distintas versiones según la zona donde se ubique el narrador. En nuestro Celaya existen muchas historias de conocimiento público y otras no tan conocidas, que han sido recopiladas por nuestro compañero del Diezmo de Palabras, Carlos Javier Aguirre Valderrama. Médico veterinario zootecnista, con estudios en desarrollo rural y liderazgo, ha recogido a lo largo y ancho de nuestro municipio estas narraciones extraordinarias y las recupera, para beneficio de quienes gustan de las leyendas, en versiones divertidas, con un estilo llano y directo. Carlos ha sido publicado en distintos medios y también en Cuentos del sótano, de Editorial Endora; en El oro de los trigos, del Sistema municipal de arte y cultura de Celaya y en la serie de cuentos Miguel Artigas, en España.
EL DOCTOR AGUIRRE, UN CAZADOR DE LEYENDAS Por: Javier Alejandro Mendoza Su nombre es Carlos. De cariño, sus amigos le dicen el Doctor. Yo lo llamo, el Cazador de Leyendas. El doctor Carlos Javier Aguirre nació en León, Guanajuato. Ahí vivió su infancia y los primeros años de su juventud. En mil novecientos ochenta y seis decidió radicar en esta ciudad de Celaya. En ese tiempo su gusto por la escritura lo llevó a compilar un anecdotario, su primer intento en la redacción, donde relató en forma divertida, los sucesos y vivencias que le ocurrieron durante sus años de trabajo como veterinario en Atarjea y otras comunidades rurales del Estado. En el dos mil once, por invitación del Maestro Herminio Martínez, fundador y director del Taller Literario Diezmo de Palabras, se integró al mismo, del cual es un miembro asiduo y muy querido. El Doctor, más que crear historias, toma las ya existentes, las impregna con su peculiar forma de redactar y las hace suyas. En los barrios viejos de la ciudad y entre personas de mucha edad descubre relatos increíbles, algunos de ellos amenazados con ser enterrados en el olvido. Su labor es rescatar esas leyendas que pasaron de boca en boca, de generación en generación. Una vez que recauda datos y toma notas que corroboran la historia a él confiada, le da una nueva forma, con un toque especial de comicidad, para luego perpetuarla en tinta y papel. Es un deleite leer la versión de cada una de las leyendas que llegan a él. Una característica de su pluma es redactar en una forma amena y entendible para cualquier edad y condición social. El sentido del humor no puede faltar en sus líneas, lo mismo que el respeto y el buen gusto, lo que hace que cualquier tema que toque sea grato para su lector. Nada se compara con escuchar de su voz una de esas narraciones. El entusiasmo, el énfasis exacto y la entonación adecuada que pone en cada palabra logra atrapar a su púbico para hacerlo participe de mil emociones. Sus escritos han dado a conocer historias como La Güila Mayor, El Ángel de Angelina, La Tumba Abandonada y un sinfín de relatos de Celaya y sus alrededores. Del amplio compendio de leyendas que ya tiene en su poder, las tituladas: Doña Perpetua y La Niña del Pujo, tienen un lugar privilegiado en el gusto del Doctor, aunque en cada una de ellas deja un poco de su corazón. La historia de Doña Perpetua narra la vida y muerte de la señorita Perpetua Ontiveros, joven acaudalada, embustera y mezquina, la cual era víctima de ataques catalépticos. En su relato, el Doctor detalla, con un estilo digerible, cómo es que un día, doña Perpetua sufre uno de esos ataques, del que no despierta más. Grande es la sorpresa del sepulturero cuando en la noche abre el ataúd con el deseo de apoderarse de las joyas con las que la señorita fue enterrada. En La Niña del Pujo, con las palabras sencillas que acostumbra en sus escritos, el Doctor contagia buen humor al relatar el extraño padecimiento que ataca a una chiquilla que pasaba las tardes al lado de su abuela. Para librarla de lo que parece ser un aferrado empacho es llevada con una curandera, y más tarde, ante un doctor, sin obtener buenos resultados. El desenlace es sorprendente y divertido, ya que es la niña, quien, harta de las molestias por las que pasa para recuperar la salud, revela la razón de su padecimiento. Otra de las leyendas recopiladas por el Doctor es La Tumba Abandonada. En ella, con esa forma simpática de escribir que lo caracteriza, narra las peripecias por las que pasa el Chinito, un singular sepulturero. Resalta, lo que el protagonista considera como un encargo más en su trabajo. El matiz viene debido a que la petición la hace un hombre que está rodeado por un gran misterio. El lector se lleva una sorpresa al descubrir la identidad de quien en esa ocasión solicita los servicios del Chinito. Sin duda, la obra de Carlos Javier Aguirre es recomendable para conocer el pasado de la región y sus personajes más pintorescos o simplemente para pasar un rato agradable, en un paseo por la fantasía, llevado de la mano por el Cazador de Leyendas. Celaya, Guanajuato, julio del 2018
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